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Jesús ya estaba lleno del Espíritu, pero ese mismo Espíritu lo llevó al desierto. Jesús vino al mundo a salvar almas, pero el Espíritu lo envió donde no había nadie…
mas bien, en el desierto iba a encontrar fieras, peligros, hambre y escasez. Pero una vez que soporto por medio de la palabra todas las adversidades, salió VICTORIOSO Y CON PODER!!!
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