Prepárate para que Dios te llene de su presencia. Prepárate para escuchar su voz. Cree, confía y espera la bendición de Dios. Vamos a clamar, ayunar y buscar la presencia de Dios.
El ayuno no es solo un tiempo para aguantar hambre, sino para buscar la presencia de Dios, pero hay un elemento importante que muchos pasan por alto… PERSEVERAR.